Solíamos pensar que, para que los potosinos reaccionen ante el Covid-19 y acaten las medidas sanitarias pertinentes, tendrían que vivir en carne propia, o de un amigo o familiar, esta terrible enfermedad; sin embargo, no fue así.
Ya todos tenemos amigos, familiares o conocidos que han fallecido víctimas de la actual pandemia, y pareciera que la muerte motiva más a la gente a aglomerarse sin necesidad, a salir de casa por motivos banales, a arriesgar su vida y la de los suyos sin el menor de los remordimientos.
El problema no es la falta de información, ya que, en todos los espacios del sector comercial, por ejemplo, están colocadas las medidas de prevención indicadas por la Secretaría de Salud, y me es grato reconocer que dicho sector respeta los lineamientos con suma responsabilidad, y no tanto por el miedo a la clausura, sino por un tema de conciencia.
En nuestro querido San Luis ya estamos en semáforo amarillo (o ámbar en el argot de tránsito), pero, no sería absurda la idea de que coloquemos carteles dentro de nuestra propia casa de la misma forma que los comercios, ya que parece mentira que una cartulina pegada en la puerta de nuestro hogar con la leyenda “quédate en casa” prometa salvar más vidas que la propia razón.
Siempre es buen momento para reflexionar, aunque no siempre se haga a tiempo.
