El Día de los Santos Inocentes se celebra todos los 28 de diciembre principalmente en España y Latinoamérica. Es una fecha marcada por las sorpresas y bromas entre familiares y amigos. Sin embargo, muy pocos conocen que el día tiene un origen bastante cruel
Esta fecha tiene origen en el momento en que el rey Herodes I El Grande ordenó la matanza de todos los niños menores de dos años nacidos en Belén. La directiva tenía el objetivo de eliminar al Mesías y futuro rey de Israel.
Según el Evangelio de San Mateo, los conocidos hoy como «Reyes Magos» viajaron a Jerusalén para recibir al futuro Mesías. Sabían que ese momento había llegado debido a la profecía anunciada en el Antiguo Testamento, que decía: «Cuando aparezca una nueva estrella en Israel, es que ha nacido un nuevo rey que reinará sobre todas las naciones».
Frente a ello, el rey Herodes, envuelto en sus ansias de poder y ambición, les dio la orden de brindarle información cuando supieran dónde se encontraba. Al mismo tiempo, mandó a eliminar a todos los niños nacidos en Belén.
Pero los Reyes Magos, guiados por la estrella, llegaron antes y encontraron al niño Jesús junto a la Virgen María y San José, lo adoraron y le ofrecieron sus regalos de oro, incienso y mirra. Y no avisaron a Herodes dónde se encontraba el niño.
El rey, por su parte, rodeó con su ejército la ciudad de Belén, pero un ángel avisó a San José que huyera hacia Egipto. Así, cuando llegaron los soldados de Herodes, el niño Jesús ya había abandonado Belén. Sin embargo, el ejército asesinó a todos los pequeños “Santos Inocentes” niños que habitaban la ciudad. Como consecuencia, el monarca se vio envuelto en una ira profunda al no saber dónde se encontraba el Mesías.
Aunque los especialistas indican que este acontecimiento ocurrió después de la visita de los Magos al niño Jesús, la Iglesia Católica lo celebra cada 28 de diciembre.
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