“Queremos a alguien que venga desde las raíces”, fue el contundente llamado que hizo el colectivo Voces y Raíces de Mujeres Indígenas de San Luis Potosí, al exigir a las autoridades capitalinas que la próxima persona titular de la Unidad de Atención a Pueblos y Comunidades Indígenas sea verdaderamente indígena: con acta de nacimiento que lo demuestre, hablante de lengua originaria, con arraigo comunitario y humildad para escuchar y servir.
El colectivo está conformado por mujeres mazahuas, otomíes, mixtecas, náhuatl, tepehuas, triquis y xi’iuy, quienes denunciaron que anteriores titulares, como Palmira Flores García, Vicente Domingo Hernández Ramírez y Erika Juan N., no solo no cumplían con estos requisitos, sino que además han generado conflictos y divisiones en las comunidades.
“No venimos a pelear por un cargo, venimos a exigir respeto a nuestros derechos”, expresó Juana Francisco Juan, mujer otomí, quien subrayó que las comunidades están cansadas de imposiciones y de personas que solo aparentan pertenecer a los pueblos originarios.
Las voceras recalcaron que no basta con “decir tres palabras en lengua” para representar a una comunidad, y recordaron que hay un mandato legal pendiente: la consulta indígena ordenada por el Tribunal Electoral del Estado, la cual —aseguran— ha sido obstaculizada por quienes han estado al frente de la unidad.
“Queremos unidad, no intereses personales ni familiares. Pedimos a alguien que escuche y que entienda lo que nuestros abuelos y abuelas sienten y necesitan”, declaró María Guadalupe González Gutiérrez, mujer mazahua.
El llamado fue claro: no más simulación, no más funcionarios ajenos a las realidades indígenas. Las comunidades quieren que su voz se escuche y que su identidad sea respetada desde el gobierno.
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