La actriz y empresaria Shay Mitchell presentó Rini, su nueva marca de cuidado de la piel, que incluye mascarillas faciales diseñadas —sorprendentemente— para niños desde los tres años.
Aunque la propuesta se promociona como una extensión natural de las rutinas de bienestar e hidratación, ha encendido preocupaciones sobre la adultificación de la infancia y la introducción temprana de prácticas asociadas a la estética y los estándares de perfección física.
Las redes sociales reaccionaron de inmediato: muchos usuarios señalaron que, lejos de fomentar la autoestima o actividades familiares, este tipo de productos podría reforzar presiones sobre la imagen corporal a edades muy tempranas.
Mitchell asegura que las fórmulas son seguras y suaves, pero la polémica va más allá de los ingredientes: cuestiona el mensaje cultural que enviamos a los niños sobre su valor y su apariencia.
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