La navegante brasileña Tamara Klink hizo historia para América Latina al convertirse en la primera persona de la región en cruzar en solitario el desafiante Pasaje del Noroeste, una ruta ártica de 6 mil 500 kilómetros que solo pudo completar gracias al grave deshielo provocado por el cambio climático.
La travesía, realizada a bordo del Sardinha 2, un velero de apenas 10 metros de eslora, tomó dos meses entre Groenlandia y Alaska. Más que una hazaña marítima, Klink quiso que el viaje fuera un mensaje de alarma sobre el impacto del calentamiento global en regiones extremas del planeta.
“Fue la culminación de un proyecto de dos años. Primero navegué 5 mil kilómetros desde Francia hasta Groenlandia, pasé el invierno allí y luego navegué hacia Alaska”, relató la joven exploradora, cuyo logro evidencia tanto su capacidad como la dramática transformación del Ártico.







