Durante siglos, la ciencia ha buscado explicar qué fue el misterioso brillo que, según la tradición, guió a los Reyes Magos hasta Belén. Ahora, una nueva hipótesis vuelve a encender el debate.
Mark Matney, científico de la NASA, propone que no se trató de una estrella ni de una alineación planetaria, sino de un cometa proveniente de los confines del sistema solar. De acuerdo con su teoría, un efecto óptico causado por la rotación de la Tierra pudo haber generado la ilusión de que el objeto permanecía “detenido” sobre un punto específico, coincidiendo con el relato bíblico del pesebre.
No obstante, la explicación no convence a todos. Algunos astrónomos señalan que los registros históricos de hace más de dos mil años son demasiado imprecisos para confirmar con certeza el origen real de la llamada Estrella de Belén, manteniendo el fenómeno entre la ciencia y el misterio.







