La gigante automotriz General Motors (GM) encendió las alertas este lunes tras anunciar que mudará la producción de algunos de sus modelos desde México hacia Estados Unidos, en respuesta directa a los nuevos aranceles impuestos por el presidente Donald Trump.
Uno de los cambios más notorios es el traslado de la producción de la SUV Chevrolet Equinox (actualmente ensamblada en SLP) a la planta de Fairfax, Kansas, a partir de mediados de 2027. También dejará de fabricarse en Ramos Arizpe el modelo Chevrolet Blazer, que se irá a Tennessee.
Pero pese a la sacudida, autoridades federales y estatales aseguraron que no habrá despidos ni cierres de plantas. Marcelo Ebrard, secretario de Economía, fue tajante: “Todos los empleos están seguros”. Lo mismo declaró el secretario de Desarrollo Económico potosino, Jesús Salvador González, quien sostuvo que la planta en Villa de Reyes sigue operando “con normalidad”.
GM también salió a calmar las aguas: aseguró que sigue comprometida con México y que su decisión no implica recortes, sino una estrategia para enfrentar los costos de los aranceles. En Estados Unidos, la empresa invertirá hasta 4 mil millones de dólares para reforzar su producción local de autos a gasolina.
En total, tres plantas estadounidenses recibirán los beneficios de esta millonaria inyección: Fairfax (Kansas), Orion (Michigan) y Spring Hill (Tennessee). La apuesta de GM: fabricar 2 millones de vehículos al año en suelo estadounidense.
Detrás del anuncio está la presión del gobierno de Trump, que impuso un arancel del 25 % a los autos provenientes de México y Canadá, obligando a las automotrices a repensar su estrategia de manufactura.
A pesar del golpe, GM reiteró su confianza en el entorno industrial mexicano y en especial en San Luis Potosí. Por ahora, la Equinox tiene los días contados en tierras potosinas… pero los empleos, prometen, seguirán firmes.
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