Un grupo de investigadores en Suiza desarrolló un robot acuático comestible y biodegradable que podría revolucionar la forma en que se estudian los ecosistemas acuáticos.
Diseñado en forma de barco, el diminuto robot se desplaza gracias a la tensión superficial del agua, imitando el movimiento de algunos insectos. Para impulsarse, utiliza un combustible biodegradable que genera dióxido de carbono mediante una reacción química.
“El objetivo era reemplazar plásticos y baterías por materiales completamente biodegradables y comestibles”, explicó Shuhang Zhang, del equipo de la Escuela Politécnica Federal de Lausana.
¿El toque extra? El robot está hecho con alimento para peces con alto contenido de proteína, lo que lo convierte en comida para la fauna tras cumplir su misión.
En el futuro, estos robots podrían incorporar sensores biodegradables para medir pH, temperatura, contaminantes y microorganismos, y producirse en masa para estudios ambientales a gran escala.