En la provincia de Zhejiang, surgió el Universo Imaginario de Keke, una comunidad donde mujeres cocinan, charlan y descansan sin sentirse juzgadas por los hombres. La iniciativa nació de Chen Yani, quien tras sufrir acoso laboral decidió rehabilitar una casa en la montaña como espacio seguro para otras mujeres.
Durante fechas de alta presión social, como el Año Nuevo chino, estas convivencias permiten escapar de preguntas incómodas y roles impuestos. Gracias a su independencia económica y nivel educativo, cada vez más jóvenes adoptan este tipo de alternativas, incluso pensando en un futuro donde envejezcan acompañadas por otras mujeres, lejos de los mandatos tradicionales.
El fenómeno no es aislado: en plataformas como RedNote (Xiaohongshu) se multiplican espacios similares en toda China.
