En Somerville, Massachusetts, una elección insólita coronó a Minerva, una gata, como “alcaldesa de ciclovía”.
La peculiar tradición comenzó el año pasado, cuando una vecina nombró simbólicamente a su gato Berry como alcalde de un sendero para bicicletas. La ocurrencia se transformó en contienda: este año participaron decenas de mascotas y campañas con lemas como “Más croquetas para todos”, “Siestas gatunas” y hasta “Control de ratas”.
Aunque el cargo es simbólico, la iniciativa ha generado comunidad y buen humor entre los habitantes de la ciudad, que ya piensan en la próxima elección de su peculiar gobierno felino.