Un intento de recorte de personal encendió el pánico entre los trabajadores de la empresa ferroviaria Canadian Pacific Kansas City (CPKC) en San Luis Potosí, luego de que la compañía notificara la supuesta eliminación de puestos de “servicios de patio” en plena etapa de aplazamiento de huelga decretado a nivel nacional por el Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana (STFRM).
Víctor Zapata Jiménez, secretario general de la Sección 24 del sindicato, denunció en rueda de prensa que la noticia cayó “como balde de agua fría” entre los operadores, quienes temieron perder su fuente de ingresos mientras continúan las negociaciones del contrato colectivo. “Mientras estemos en un aplazamiento de huelga no pueden hacer eso, están rompiendo”, afirmó Zapata, al señalar que la empresa actuó en un momento clave de la revisión contractual, generando estrés y molestia entre el personal.
El domingo 30 de noviembre, trabajadores fueron notificados de que varias máquinas de patio serían suspendidas, un movimiento que paralizaría actividades esenciales y afectaría el tránsito de trenes tanto al norte como al sur del país; la supresión de estos equipos podría dejar sin trabajo a cientos de empleados. Sin embargo, esta mañana —tras movilizaciones internas y la presión sindical— un jefe de operaciones informó que no habría recorte ni suspensión de equipos, y que todo continuaría con normalidad.
Pese al retroceso de la empresa, el sindicato aseguró que la maniobra podría ser parte de una estrategia para presionar a los trabajadores en medio de la negociación nacional, específicamente en la red Kansas, donde se revisan cláusulas económicas del contrato colectivo.
Zapata advirtió que alrededor de 820 trabajadores en San Luis Potosí —incluyendo personal de la capital y otros municipios— podrían verse directamente afectados si la empresa insiste en eliminar puestos o retirar maquinaria operativa. “Nosotros no nos vamos a dejar”, advirtió el dirigente, señalando que cualquier movimiento de este tipo impactaría no solo a las familias ferrocarrileras, sino también a la operación nacional del sistema ferroviario.
De manera paralela, otro grupo de trabajadores denunció que CPKC también notificó posibles despidos entre maquinistas. La reacción fue inmediata: comenzaron a organizar un paro de labores y se movilizaron hasta las oficinas de Recursos Humanos. Tras la presión sindical, CPKC dio marcha atrás y comunicó que no habría recorte alguno. Los trabajadores reconocieron que nunca se les aclaró cuántas plazas serían afectadas, solo se les “avisó”. Aun así, el sindicato celebró que la intervención evitara nuevos despidos.
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