- Desde Palma de la Cruz, hace 15 años, la familia Mata Martínez honra la tradición de sembrar la flor de cempasúchil, que cada Día de Muertos llena de color y memoria los altares de los potosinos
- Los mercados más representativos de la capital y Soledad son abastecidos por campos y floricultores soledenses
En Palma de la Cruz, comunidad ubicada a 20 minutos de la cabecera de Soledad de Graciano Sánchez, los campos se tiñen de naranja cuando llega octubre. Desde allí florece uno de los símbolos más representativos del Dia de Muertos: la cosecha de flor de cempasúchil, gracias a la dedicación de la familia Mata Martínez que se prepara para una de las temporadas más entrañables del año.
Eduardo Mata Martínez, es la tercera generación de agricultores en su familia. Narra que, junto a sus hermanos Francisco y Miguel, ha crecido entre los surcos y el incomparable olor de la tierra húmeda, pues desde hace más de quince años, junto a su familia, se dedica a sembrar, cortar y vender esta flor, la cual comienza a trabajarse desde que se selecciona la semilla criolla en el mes de junio, para después tener sin contratiempos su trasplante en el mes de agosto, todo ese esfuerzo, para lograr que su floración esté lista entre el 24 de octubre y el 2 de noviembre.
Para 2025, esta familia dedicó seis hectáreas de parcela que a simple vista parecen un tapiz encendido por el sol. Eduardo precisa que el proceso de su siembra pone a prueba la paciencia, todo comienza cuando se voltea la tierra, se trazan los surcos, y se vigila con atención su riego, ya que demasiada agua o lluvia o la falta de ella pueden estropear toda la cosecha. También, cuenta que cada semilla depositada es una fe sembrada, porque se expone a riesgos que quedan fuera de sus manos y cuidado, como es el cambio climático o las plagas.
Este año, dice Eduardo, la flor de cempasúchil luce impecable y lista para llenar de color los mercados de Soledad y la capital del Estado, así como cada altar de muertos que se coloque en los hogares de las y los potosinos.
La familia Mata Martinez suele comercializar la flor por “zurcos”, que es cuando el vendedor corta y traslada el cempasúchil hasta su punto de venta. Pero también la comercializan en brazadas o tercios que distribuyen con clientes de la Central de Abastos, el Mercado Bicentenario ubicado en el periférico y el Mercado República.
El joven productor precisa que cerca del 50 por ciento de la flor sembrada se queda en la región y el restante viaja a Monterrey, Saltillo, Tamaulipas o algunos clientes de la Huasteca potosina. En los campos de Palma de la Cruz crece tanto la flor de cempasúchil “hembra”, que se caracteriza por muy voluminosa en pétalos, así como la flor “macho”, que suele ser más pequeña y escasa, pero su crecimiento es esencial porque ayuda a conservar la semilla criolla que dará vida a la siguiente temporada.
Además del cempasúchil, esta familia soledense cultiva maíz, lechuga, cilantro, calabaza y cebolla el resto del año, con lo cual demuestran que el trabajo en el campo nunca se detiene y responde pese a los desafíos actuales. Invitó a la población a adquirir esta flor emblemática de Día de Muertos en sus cosechas, localizadas a un costado del jardín principal de Palma de la Cruz, de manera accesible y directa de los sembradíos.
Por último, y como a quien se le ha transmitido el amor al campo, en particular, la enseñanza de la cosecha de Flor de Cempasúchil, Eduardo llama a la juventud y a las familias, a preservar las tradiciones mexicanas, que son únicas y reconocidas a nivel mundial, como es el Día de Muertos, ya que une a familias y es una de las prácticas ancestrales más coloridas del año.
El Ayuntamiento de Soledad de Graciano Sánchez ha llamado a consumir lo local y apoyar a los floricultores que ofrecen su producto mediante rutas de venta directas, sin intermediarios, para seguir conservando la esencia, las costumbres que dan identidad y la memoria de nuestros fieles difuntos.