Un grupo de periodistas neerlandeses descubrió que un famoso cuadro robado durante la Segunda Guerra Mundial estaba en venta en Argentina.
La obra, “Retrato de una dama”, apareció en la página de una inmobiliaria, colgada sobre un sofá en una casa que perteneció a Friedrich Kadgien, exoficial nazi, y que su hija estaba vendiendo. Se cree que Kadgien habría adquirido la pintura de manera forzosa al coleccionista judío Jacques Goudstikker.
El hallazgo llevó a que los descendientes de Goudstikker anunciaran una demanda, mientras las autoridades argentinas ingresaron a la vivienda para recuperarla. Sin embargo, la pintura no fue localizada y los propietarios fueron citados a los tribunales.