El pasado julio fue el más seco que Inglaterra registrará desde el año de 1935, a causa de la fuerte ola de calor por la que atraviesa el país.
El clima inusualmente seco se dio con temperaturas que superaron los 40 °C por primera vez en la historia.
El intenso calor causó incendios cerca de Londres, provocó advertencias de que las líneas ferroviarias podrían torcerse, dio paso a la cancelación de vuelos y obligó a las centrales eléctricas a operar a niveles bajos para evitar sobrecalentarse.
El verano seco y caluroso que tiene lugar en toda Europa también es un claro recordatorio de la crisis climática. Las olas de calor son cada vez más frecuentes e intensas, y las temperaturas extremas serán cada vez más comunes.