A nivel global existen 47 grupos sanguíneos y 366 antígenos identificados, una diversidad que complica cada vez más la búsqueda de donantes compatibles para transfusiones. En este contexto, el Rh nulo —considerado uno de los tipos de sangre más escasos del planeta— se ha convertido en un foco de interés científico.
Este tipo sanguíneo excepcional surge de mutaciones genéticas que alteran una proteína fundamental en la membrana de los glóbulos rojos. Su rareza es tal que solo se han documentado unas cuantas decenas de personas con Rh nulo en todo el mundo, lo que convierte cualquier transfusión en un desafío médico.
Sin embargo, su potencial es enorme: al carecer de la mayoría de los antígenos que suelen generar incompatibilidades, el Rh nulo podría ser la base para desarrollar transfusiones prácticamente universales. Por esta razón, equipos de investigación ya trabajan en cultivarlo en laboratorio, con la esperanza de producirlo de forma segura y a gran escala.
Si estos esfuerzos avanzan, el Rh nulo podría marcar un antes y un después en la medicina transfusional, abriendo la puerta a tratamientos que podrían salvar millones de vidas.
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