Leonidas Askianakis, un estudiante de 22 años de la Universidad Técnica de Múnich, se ha convertido en una de las nuevas promesas de la innovación espacial gracias al Proyecto-S, una iniciativa pensada para combatir uno de los desafíos más preocupantes en la órbita terrestre: la basura espacial.
El proyecto plantea el diseño de un satélite equipado con un radar de alta sensibilidad capaz de detectar fragmentos de desechos de entre 1 y 10 centímetros. Una vez localizados, sondas robóticas con brazos mecánicos se encargarían de capturar los objetos más grandes y reducir el riesgo de colisiones que pueden poner en peligro misiones espaciales, satélites de comunicaciones y hasta a la Estación Espacial Internacional.
Aunque aún no existe una misión totalmente operativa, el equipo ya trabaja en la fase de diseño y desarrollo con financiación pública proveniente del gobierno de Baviera. El objetivo: lanzar el primer dispositivo en 2026 y dar el primer paso hacia una órbita más segura y limpia.







