Texto de Eudoro Fonseca

Murió Armando Manzanero, el último gran compositor de música popular del llamado género romántico. Manzanero se inscribe en la tradición lírica de México, tan robusta como importante; genealogía a la que pertenecen sus paisanos Guty Cárdenas, Ricardo Palmerín, Domingo Casanova, Chalo Cervera, Coque Navarro, Guadalupe Trigo y Sergio Esquivel; los chiapanecos hermanos Domínguez; el Gran Agustín Lara, las compositoras María Grever, Consuelito Velázquez y María Elena Valdelamar; Gonzalo Curiel, Mario Ruiz Armengol, Gabriel Ruiz, Álvaro Carrillo; y en otra cuerda, pero igualmente de indiscutible fuerza lírica y popular, el gran José Alfredo Jiménez y Juan Gabriel, entre los más significativos.
Manzanero tuvo una dedicación ejemplar a la música, no dejó de trabajar ni de componer nunca, lo que desmiente la ecuación entre bohemia e indisciplina.

El amor fue el eje no sólo de sus canciones, sino de su vida misma: tuvo múltiples relaciones sentimentales y matrimonios.
Manzanero deja un legado musical de alrededor de cuatrocientas canciones, de corte fino y melódico, un corpus musical que forma ya parte del repertorio y memoria musical del mundo, porque Manzanero nació en el seno de la trova yucateca, pero fue mucho más allá de ella, hasta convertirse por derecho propio en uno de los grandes autores de la música internacional.

Grandes orquestas e intérpretes del mundo han grabado sus canciones: Frank Sinatra, Tony Bennett, Elvis Presley, Perry Como, Shirely Bassey, Celine Dion, Plácido Domingo, Andrea Bocceli, Misia, Nana Mouskori, entre muchos otros; casi todos los cantantes españoles de música pop, y prácticamente todos los grandes intérpretes mexicanos de la segunda mitad del siglo XX.
Descanse en paz el Maestro Armando Manzanero.