BAJA CALIFORNIA SUR.– Al menos 91 ballenas grises han muerto recientemente en el Pacífico mexicano, según reportes del Programa de Investigación de Mamíferos Marinos (PRIMMA) de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS). Esta cifra supera incluso la registrada en 2020, cuando murieron 88 ejemplares, y representa la mayor mortalidad documentada en los últimos cinco años.
El doctor Jorge Urban Ramírez, responsable del PRIMMA, calificó como “inusual” esta ola de muertes, que coincide además con una preocupante baja en la tasa de nacimientos.
Desde 2018, los investigadores han observado que las ballenas grises llegan cada vez más delgadas a las costas mexicanas. Esto, debido a la escasez de alimento en sus zonas tradicionales de alimentación, provocada por alteraciones en el océano derivadas del calentamiento global.
“La falta de alimento las debilita, las hace más vulnerables a enfermedades y depredadores, e incluso las lleva a morir por inanición”, explicó Urban.
A esto se suma el impacto del fenómeno de La Niña, que ha alargado su ruta migratoria —que va desde el estrecho de Bering hasta México—, superando los 10,000 kilómetros. Este viaje más extenso, combinado con la mala nutrición, genera un desgaste extremo para los cetáceos.
Aunque la especie Eschrichtius robustus no está actualmente en peligro de extinción, fenómenos de mortalidad masiva como este se presentan de manera cíclica aproximadamente cada 15 años. Sin embargo, los expertos advierten que el contexto climático actual podría agravar estos eventos.
Ante esta situación, el doctor Urban Ramírez hizo un llamado urgente al gobierno mexicano para implementar medidas de protección más eficaces para esta emblemática especie del Pacífico.