Un reciente estudio de la Universidad de Cambridge podría cambiar la forma en que entendemos la relación entre humanos y perros. La investigación descubrió que compartimos 12 genes con los golden retrievers, relacionados directamente con la ansiedad, la inteligencia e incluso la agresividad.
Estos hallazgos ofrecen una nueva perspectiva sobre el comportamiento canino y humano. Situaciones cotidianas —como que tu perro se estrese con el timbre o se muestre temeroso ante extraños— podrían tener un origen más profundo: una base genética sorprendentemente similar a la nuestra.
De acuerdo con los investigadores, estas regiones comunes del ADN influyen en cómo ambos procesamos emociones y reaccionamos al entorno. El estudio abre la puerta a comprender mejor la crianza, el bienestar animal y la conexión emocional que tenemos con nuestros perros, especialmente con razas tan cercanas a las familias como los golden retrievers.
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