La organización feminista Collective Shout logró que las plataformas Steam e Itch retiraran cientos de juegos con contenido sensible para adultos, luego de una campaña que buscó frenar títulos que, según denuncian, normalizan la violencia sexual.
El movimiento ya había generado polémica en Australia al impulsar la prohibición de “Grand Theft Auto” por “glorificar” la violencia contra mujeres y niños. Esta vez, el objetivo principal fue el simulador de violación “No Mercy”, pero durante la investigación se descubrió que había cerca de 500 juegos con temáticas similares, por lo que se presionó también a procesadores de pago como Visa, MasterCard y PayPal para cortar servicios a estas plataformas.
La medida provocó rechazo entre cientos de jugadores, quienes consideran que esto supone censura en la industria y argumentan que los límites de edad ya protegen a los usuarios de este tipo de contenido.