Puente Universidad: dos años caducado, sin obras y con riesgo latente para miles de potosinos El Puente de Avenida Universidad, una de las arterias viales más importantes de la capital potosina, sigue operando más allá de su vida útil, sin que hasta ahora se haya iniciado su rehabilitación, a pesar de que el deterioro estructural fue advertido desde hace al menos tres años. Construido hace más de cinco décadas durante el sexenio de Antonio Rocha Cordero (1967–1973), este puente ha soportado tráfico ligero, transporte público y hasta vehículos pesados, con una carga estimada de más de 100 mil vehículos diarios. Hoy, con barandales sueltos, escaleras rotas, cables expuestos y zonas oscuras que facilitan asaltos, el puente representa un riesgo latente tanto para automovilistas como para peatones. Aunque el alcalde Enrique Galindo Ceballos anunció recientemente que ya se solicitó un diagnóstico técnico y que “hay que meterle mano integral”, lo cierto es que no se ha realizado ninguna obra. A la fecha, el Ayuntamiento apenas trabaja en una estrategia mientras el expediente del proyecto ejecutivo permanece congelado en las oficinas de la empresa ferroviaria CPKC, dueña de las vías que atraviesa el puente. La urgencia no es nueva. En 2022, el gobernador Ricardo Gallardo Cardona advirtió que al puente le quedaba menos de un año de vida útil, y prometió invertir 90 millones de pesos junto con el gobierno municipal. Dos años después, ni el dinero llegó ni las obras comenzaron. Mientras tanto, el Puente Universidad sigue operando sin cierres preventivos ni mantenimiento urgente, a pesar de que las autoridades reconocen abiertamente que ya caducó. La inacción institucional pone en riesgo diario a miles de potosinos. “Es más fácil evitar una tragedia que lamentar las consecuencias”, dijo el gobernador en 2022. Hoy, esa tragedia parece cada vez más cercana.

El Puente de Avenida Universidad, una de las arterias viales más importantes de la capital potosina, sigue operando más allá de su vida útil, sin que hasta ahora se haya iniciado su rehabilitación, a pesar de que el deterioro estructural fue advertido desde hace al menos tres años.

Construido hace más de cinco décadas durante el sexenio de Antonio Rocha Cordero (1967–1973), este puente ha soportado tráfico ligero, transporte público y hasta vehículos pesados, con una carga estimada de más de 100 mil vehículos diarios. Hoy, con barandales sueltos, escaleras rotas, cables expuestos y zonas oscuras que facilitan asaltos, el puente representa un riesgo latente tanto para automovilistas como para peatones.

Aunque el alcalde Enrique Galindo Ceballos anunció recientemente que ya se solicitó un diagnóstico técnico y que “hay que meterle mano integral”, lo cierto es que no se ha realizado ninguna obra. A la fecha, el Ayuntamiento apenas trabaja en una estrategia mientras el expediente del proyecto ejecutivo permanece congelado en las oficinas de la empresa ferroviaria CPKC, dueña de las vías que atraviesa el puente.

La urgencia no es nueva. En 2022, el gobernador Ricardo Gallardo Cardona advirtió que al puente le quedaba menos de un año de vida útil, y prometió invertir 90 millones de pesos junto con el gobierno municipal. Dos años después, ni el dinero llegó ni las obras comenzaron.

Mientras tanto, el Puente Universidad sigue operando sin cierres preventivos ni mantenimiento urgente, a pesar de que las autoridades reconocen abiertamente que ya caducó. La inacción institucional pone en riesgo diario a miles de potosinos. “Es más fácil evitar una tragedia que lamentar las consecuencias”, dijo el gobernador en 2022. Hoy, esa tragedia parece cada vez más cercana.

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