¿Socavón espontáneo o argumento perfecto?

Dicen que no hay coincidencias, y en política urbana, mucho menos. Justo cuando el paso a desnivel del Saucito parecía una obra olvidada entre rechazo ciudadano, oposición comercial y dudas técnicas, ¡zas!, aparece un socavón. Y no cualquier hoyito, uno lo suficientemente aparatoso como para activar protocolos, movilizar maquinaria pesada y, claro, volver a poner sobre la mesa el tan polémico proyecto vial que lleva más tiempo en suspenso que en ejecución.

Según la Dirección de Obras Públicas, el hundimiento fue atendido con prontitud gracias a un reporte ciudadano. Excavadora y retroexcavadora hicieron su entrada triunfal en Fray Diego de la Magdalena, bajo el paraguas del “protocolo de respuesta rápida”. Pero la narrativa oficial va más allá de un simple colapso en la carpeta asfáltica: esto, aseguran, permitirá identificar fallas estructurales y planear las acciones necesarias para restaurar la seguridad en la zona. ¿Y si de paso se aprovecha para justificar el paso a desnivel? Pues, qué conveniente.

Mientras tanto, el alcalde afirma que el tema “va avanzado” y que están “por tomar una decisión”. ¿A cuál tema se refiere exactamente? ¿A reparar el socavón o a revivir el proyecto que ya muchos vecinos daban por muerto y enterrado, más no olvidado? Porque hasta donde se sabe, la obra sigue acumulando más resistencia que avances, a pesar de que el municipio insiste en que cuenta con respaldo social. Curiosamente, quienes viven o comercian ahí no parecen tan convencidos de ese apoyo.

El socavón, con todo y su inesperada aparición, parece más bien un escenario propicio que un accidente urbano. Uno que cae “como anillo al dedo” en plena temporada de definiciones. Pero si este hundimiento servirá para replantear, o imponer, una obra que desde un inicio generó más preguntas que entusiasmo, entonces que no nos sorprenda ver más maquinaria en la zona, y no precisamente solo para tapar baches y reparar este mágico y coincidente socavón.