Por: Roberto A. Valenciano Capín
Una tarde de intrépida aventura es como el foro del Teatro Polivalente se vivió y se transformó en una especie de pasaje a este lugar especial que todos tenemos, como es la curiosidad y la atención de estas maravilloso de las primeras infancias.
En donde «trabajas en que no van a ver una obra de teatro que ellos van a concebir como una experiencia que van a ver, aunado a esta magia que tiene el teatro», comentan sus creadores escénicos Fernando Leija y Alejandro Chávez a través de su obra – Ni tan chico, ni tan lejos-, a partir de la danza, el teatro, el performance y el clown buscan hablarles de la importancia de jugar con el otro, » porque en esta pandemia los niños han sido en cierta manera han sido los más castigados porque verlos en este encierro se han visto limitados a no poder jugar, al no poder salir al parque, al tenerle miedo al contagio, y nos parece que justamente en este encuentro es donde se ven estas cosas inesperadas», comenta Fernando Leija.
Es así como también abordan no solo el paso del día a la noche, sino también la contemplación como el poder jugar con la imaginación con pocos elementos que están a la mano que van desde este gis que sin mas trazan estas líneas que se desentrañan en este camino y que sin más se vuelve en un caudaloso río, como también este cartón que se transforman en cerros, de hay que se puede jugar e imaginar con cualquier elemento.
O hacer tangible lo intagible como son las nubes que los peques tuvieron la oportunidad de tocar y quedarse con un poco de ellos, para volverse en estos viajeros del espacio, que dan pie a estas bellas metáforas como este juego de sombras, las cuales incidieron en esta enriquecedora experiencia no solo en les pequeñes sino tambien en los adultos ( padres) y herman@s.
Al acotar que nunca buscan enseñar ni adoctrinar, solamente compartir esta experiencia con un público tan generoso como es «un público que esta dispuesto a participar, esta dispuesto a entregarse, esta dispuesta a decir que no le gusta, esta dispuesta a gritar que si le gusta.
Como también esta necesidad de compartir esta obra con muchos niñes, al ser una oportunidad única, «realmente como un festival que acoja a compañías que nos dedicamos e interesados en crear para este público específico, es importante este festival en México como en Latinoamérica y el mundo», comenta Alejandro Chávez.
Todo esto como parte de la cuarta edición del Festival Kuitóli. Un punto de encuentro, teatro para niñas, niños y jóvenes audiencias que podrán disfrutar hasta el sábado 24 de Septiembre.
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