La candidata a Jueza Familiar del Primer Distrito Judicial de San Luis Potosí, Fátima Elizabeth Viera Gutiérrez, rompió el silencio y dejó caer una bomba en redes sociales al exponer, sin tapujos, la cruda realidad que vive dentro del proceso electoral judicial.
En un testimonio de diez puntos titulado “Cómo estoy viviendo la campaña para Jueza Familiar», la abogada lanza una denuncia feroz contra el sistema: corrupción, hostigamiento, presión política, acoso sexual, pactos con partidos y la exigencia de hasta 700 mil pesos para montar una supuesta estructura de votos. Todo, según ella, sin reglas claras ni garantías de equidad.
“No tengo pruebas, pero tampoco dudas”, escribió sobre la presunta injerencia del Ejecutivo estatal, señalando que el “circo” está armado para que ganen quienes tienen dinero y alianzas con partidos. También reveló que representantes políticos le ofrecieron apoyo a cambio de «cooperación en resoluciones», una práctica que —asegura— rechazó rotundamente.
Fátima Viera también reveló el lado más personal y crudo de su campaña: hostigamiento sexual en redes, agotamiento físico y emocional, miedo a represalias y resignación ante un proceso que considera viciado. “Sé que no voy a ganar”, afirmó, haciendo responsable al Gobierno del Estado de cualquier cosa que le ocurra.
La denuncia no solo es un grito de frustración, es un llamado de atención: ¿qué tan limpio es realmente el proceso para elegir a quienes deben impartir justicia? Porque si esta es la antesala, ¿qué nos espera dentro de los juzgados?
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